lunes, 3 de mayo de 2010

Mi último adiós


Hola abuelita,
Decidiste irte un día triste y lluvioso, un día señalado en el calendario, un día en el que la tristeza y el dolor nos invadía el corazón. Gracias a Dios, pude ir a verte mientras todavía vivías, lloré y lloré hasta que mis lágrimas se secaron, te vi sufrir, te vi dando los últimos alientos de tu vida, te vi cumpliendo tu último deseo ... juntar a todos tus hijos de nuevo.
Los días en que nos atormentábamos esperando saber que pasaría... ya pasaron, por fin descansas, por fin dejaste de sufrir.
Los buenos recuerdos siguen rondando por mi mente, el sufrimiento de saber si te dije lo mucho que te quiero todavía me atormenta.
Ahora sé que miraré hacia el cielo para ver las estrellas... y estarás junto al abuelo, los dos juntitos, tan cerca, tan presentes y tan inalcanzables al mismo tiempo....
Quiero que sepas que le pedí a Dios que no te llevara, pero al verte sufrir entendí que realmente era tu hora, que realmente tenias que dejar de sufrir, que realmente ya estaba bien, que realmente... el abuelo te llamaba.
Me paro a pensar y entiendo que la sabiduría que me regalaste.... en mi mente queda, que las risas que nos dábamos .... en mis recuerdos guardan, y que las Navidades que te pedía.... en mi corazón estarás.
Ahora el desaliento y el dolor que me rodeaban... se han convertido en tristeza y tranquilidad, en tristeza porque ya no estás y en tranquilidad porque ya no sufres.
Todas las noches miraré al cielo, y veré tu estrella brillar, te veré junto a la estrella del abuelo y veré como ahora los dos juntos velareis por mi.
Te quiero abuela .... y ahora.... Descansa en paz.

Zoraida Calvo